La tórtola migratoria americana (Ectopistes migratorius)

La tórtola migratoria americana (Ectopistes migratorius), se cree que pudo ser el ave más abundante sobre nuestro planeta (sin contar aves de otros planetas, ni X-wings), y que fue brutalmente extinguida por el hombre, principalmente por la caza indiscriminada.

Pertenecía al orden de las Columbiformes, y en el siglo XVII se dice que había millones y millones de ejemplares que recorrían en su migración anual Estados Unidos de este a oeste y viceversa, se calculaba que el 40% de todas las aves de Estados Unidos pertenecian a esta especie, ¡casi nada!.
Millones de tórtolas migraban anualmente, y se citaba que podían estar hasta tres días seguidos pasando tórtolas sin parar, oscureciendo el suelo a su paso, disminuyendo el calor del Sol (sin contar soles de otras galaxias), y produciendo un ruido considerable.
Esta explosión de vida no quedaba fuera de los avariciosos ojos del hombre blanco, que profesionalizó la caza de tórtolas para el consumo de su carne y el uso de sus plumas y de su grasa. Pero con la expansión del ferrocarril, la paloma migratoria sufrió un grave declive, la gente disparaba a las dantescas bandadas de tórtolas sin miramientos, incluso sólo por diversión.
Además de la caza, otra de las causas del declive fue la destrucción de su hábitat, ya que se destruían sus bosques para dedicarlos a la agricultura.
Ya en 1896, en menos de un siglo, las palomas habían quedado increiblemente mermadas, tanto que sólo se conocía una gran colonia de cría, de unos 250.000 ejemplares, en la cual se mataron prácticamente la totalidad de ejemplares adultos en un sólo día, como colofón el tren que llevaba el cargamento de palomas descarriló, no llegando nunca a ponerse a la venta la "mercancía".
El último ejemplar en la naturalza de paloma migratoria americana se cree que fue tiroteado por un niño en Ohio en 1900 ( la has liao parda chaval).
La extinción definitiva fue en el año 1914, ya bandonada a su suerte y siendo la última de su especie, Martha la última paloma migratoria nació a en cautividad y murió en el zoo de Cincinatti, a los 29 años de edad.


Como comentario personal, espero que en la memoria de la paloma migratoria se haga un día una lápida con su probable pensamiento: "tantos gilipollas y tan pocas balas".